Si vives rodeado de mujeres bellas, elegantes, sencillas, delicadas, fuertes, amables, estrictas, renegonas, chismosas, engreídas, lloronas, "autohumillables", quejosas, observadoras (fijonas), demoronas y mandonas, este blog te permitirá conocer a una más.

El recorrido será largo, desde los cambios emocionales típicos de una fémina, hasta aquellos detalles que te harán suspirar y llorar -incluso si eres hombre y te alucinas un súper macho-. Cada relato te enseñará una nueva lección.

Puede que este blog te ayude a comprender a esa chica con la que sueñas o , todo lo contrario, confundirte aún más. De algo estoy segura, por lo menos al ser escrito por una mujer, las chicas siempre tendremos la razón.

Quiero enseñarte ese camino que me permite agradecer a Dios por su inmenso amor, por ser mujer y por sobre todo: perdonar a esta cosmopolita.

Si tienes alguna sugerencia, escribe aelperdondelcosmopolita@gmail.com

lunes, 15 de noviembre de 2010

QUISIERA SER NIÑO

Quisiera ser niño. Retroceder el tiempo y perderme entre la espesura de los árboles y plantas que rodeaban mi infancia.



Hacer de mi vida un teatro. Cada juego y travesura era una actuación que decoraba mi existencia.


Hoy ya soy adulto. Ya terminaron mis juegos de infancia. Mis ilusiones y mis creencias, he sido duramente golpeado por la vida, por el amor y por los otros.


De niño la sonrisa de mi madre disipaba mi dolor. Hoy cuando caigo, yo solo debo levantarme y sin lágrima alguna luchar por lo que quiero.


De pequeño las preocupaciones huían de mi o a veces yo las ignoraba, era esa confianza de que papá iba a conseguirlo todo, él era mi súper héroe.


Ya no puedo reírme fuertemente sin parecer loco, todo se hace más complicado, aún no me acostumbro a ser adulto y realista, por no decir a ser grande y aburrido. De niño soñé con ser astronauta. De grande sueño con no perder el trabajo, si a eso le llamas vida, no sabes el verdadero significado.


Recuerdo esos juegos de mi infancia, sin obligaciones ni preocupaciones, esas locuras de pequeños, esa tranquilidad de saber que mi padre proveería todo. Esa inocencia que me impulsaba a creer en la vida. Quiero vivir de nuevo.


Quisiera ser niño, retroceder el tiempo perderme entre el abrazo de mi madre, los consejos de mi padre y las travesuras con mis hermanos.


Quisiera ser niño para aprovechar bien el tiempo y no lamentarme de los días pasados, cuya gloria está por disiparse bajo el frágil manto de la vejez.

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