Si vives rodeado de mujeres bellas, elegantes, sencillas, delicadas, fuertes, amables, estrictas, renegonas, chismosas, engreídas, lloronas, "autohumillables", quejosas, observadoras (fijonas), demoronas y mandonas, este blog te permitirá conocer a una más.

El recorrido será largo, desde los cambios emocionales típicos de una fémina, hasta aquellos detalles que te harán suspirar y llorar -incluso si eres hombre y te alucinas un súper macho-. Cada relato te enseñará una nueva lección.

Puede que este blog te ayude a comprender a esa chica con la que sueñas o , todo lo contrario, confundirte aún más. De algo estoy segura, por lo menos al ser escrito por una mujer, las chicas siempre tendremos la razón.

Quiero enseñarte ese camino que me permite agradecer a Dios por su inmenso amor, por ser mujer y por sobre todo: perdonar a esta cosmopolita.

Si tienes alguna sugerencia, escribe aelperdondelcosmopolita@gmail.com

domingo, 20 de febrero de 2011

nuevo comienzo

Ya casi un mes desde la última vez que publiqué en este blog, que es una especie de confidente indiscreto, diario público, chismoso prudente y otros términos que no podrían describir lo que es en esencia, pero el objetivo inicial de este pequeño no era deprimir ni sobrevivir a los constantes cambios de la vida de su creadora, es por eso que me ausenté un mes.

Después de abandonar esto, es cuando decidí empezar de nuevo y olvidar lo pasado, sé que suena a frase cliché pero es la verdad, vencer la depresión, el dolor y abrir las alas para volar libre, impulsada por una fuerza que solo venga de lo alto y que permitirá mi libertad.

Steph necesitaba renovarse, tomarse un descanso, respirar en paz, no huir sino que analizar el pasado, y sobre todo aprender que su naturaleza humana la hace débil, frágil y dependiente y que solo necesita de algo y de alguien.

Hay momentos en los cuales quizá al igual que Steph te sentiste todopoderosa, que tenías todo bajo control, que eras tan fuerte que la flecha de Cupido no podría ni siquiera rozarte, ¿lo recuerdas? Pues ese fue un craso error, que te condujo a la autosuficiencia y hasta al orgullo, no tomaste precauciones y en menos de lo que esperabas fallaste.

Ya lo dije antes, no estás destinada (o) a cometer el mismo error, y si lo haces, ¿Alguien tiene el derecho de juzgarte? Nadie, solo Dios, pero aún así  sus brazos están extendidos  para abrazarte.

Así que ese algo que necesitas, es amor; pero no uno basado en el erotismo sino aquel amor ágape que es tan sublime y capaz de renovar tu mente, de dar sin pedir nada a cambio, de transformar tu vida, y de esperar pacientemente tu llegada. el único que puede brindártelo es un ser que se despojo de lo más bello que poseía, un hijo y que lo entregó con el objetivo de dar la verdadera libertad y una vida abundante como la que Steph y tú la merecen

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