Si vives rodeado de mujeres bellas, elegantes, sencillas, delicadas, fuertes, amables, estrictas, renegonas, chismosas, engreídas, lloronas, "autohumillables", quejosas, observadoras (fijonas), demoronas y mandonas, este blog te permitirá conocer a una más.

El recorrido será largo, desde los cambios emocionales típicos de una fémina, hasta aquellos detalles que te harán suspirar y llorar -incluso si eres hombre y te alucinas un súper macho-. Cada relato te enseñará una nueva lección.

Puede que este blog te ayude a comprender a esa chica con la que sueñas o , todo lo contrario, confundirte aún más. De algo estoy segura, por lo menos al ser escrito por una mujer, las chicas siempre tendremos la razón.

Quiero enseñarte ese camino que me permite agradecer a Dios por su inmenso amor, por ser mujer y por sobre todo: perdonar a esta cosmopolita.

Si tienes alguna sugerencia, escribe aelperdondelcosmopolita@gmail.com

martes, 31 de agosto de 2010

TODO BAJO SU CONTROL

Cuándo un día no parece ser bueno,entonces debes creer en tu corazón que va a ser súper bueno y aún mejor, porque todo tiene un propósito TODO ESTÁ BAJO SU CONTROL. No lo dudes.

Debía ir a matricularme, una garua intensa me impedía seguir durmiendo. Alisté los dos recibos que debía pagar , pero decidí cancelar solo uno pues el dinero lo usaría para un libro que debía comparar para una tarea de la universidad. Tomé la 91, para mi buena suerte habían muchos asientos. Me sentí una reina al poder elegir libremente el que más me convenía.

  • Este sí...oh no¡¡ la señora me lo ganó, grrrrrrrrrr. Mejor el del copiloto.
terminé escogiendo el más incómodo. Sí -pensé para mí misma- este no sería un buen día.
fui directamente al banco, pagué, esquivé los carros. decidí caminar 10 cuadritas, ahorrame s/ 0.50 y gastar algunas calorías.

para mi gran sorpresa una fila de estudiantes me esperaba. ¡odio hacer cola¡

cuando al fín llegué a caja:

  • buenos días señorita, quiero registrar el pago de mi mensualidad
  • buenos días, ok mmmm pero debes pagar el libro
  • pero señorita, el libro de lectura lo pago mañana.
  • lo siento mucho pero no te puedo matricular. ok? siguiente
grrr ¡mentira¡ ¡¡usted no siente nada¡¡ flaca escualida y tonta grrrrrr
no, no dije eso...pero lo pensé


no entendía el libro recién lo íba usar dentro de 10 días. Me di cuenta que lo único que podía hacer era pagar el bendito libro.

Caminé otras 10 cuadras hacia el banco.

retorné y camnié otras 10 cuadras desde el banco hasta mi instituto de inglés.

El sudor mojaba mis redondeadas mejillas.

nuevamente debía esperar mi turno.

  • Buenos días señorita, aquí está la boleta del libro.
  • mmmmmmmm, bueno pero debes sacarle copia.
  • ¡¡¡copia¡¡¡¡ pero usted no me dijo que le saque copia grrrrrrrrr
  • ah¡ pero tú ya estás en ...qué nivel?? ah bueno entonces ya debes saber que a las boletas de los libros se les saca copia.
  • Oye flaca horrorosa haz bien tu trabajo que para eso te pagan...
(No, tampoco dije eso. Aunque tenía muchas ganas de hacerlo)



Caminé ahora solo dos cuadras saqué la copia y nuevamente al regresar (otras dos cuadras) me di con la sorpresa que la fila era inmensa. Al llegar a la caja.

  • señorita, aquí está la copia.
  • mmmmmmm pero esta copia está mal, debe apreciarse mejor las dos boletas.
  • pero solo una es la boleta y el otro es el recibo y casualmente se devuelve.
  • mmmm no, debes sacarle copia.
  • ¡hey ya me cansaste¡ sal de allí y te haré sentir mis puños, ven pues...

(Tampoco dije eso. Aunque estaba muy cerca a hacerlo)

  • ok, se-ño-ri-ta.
saqué las copias, cuando estuve haciendo nuevamente la fila, me encontré cion una señora, no puedo recordar su nombre, le conté la dura travesía que pasé para poder matricularme. Ella me apoyó, me contó su hija habíam dejado de estudiar por dos meses debido a que la mamá de esta señora había fallecido y eso le afectó mucho a la muchacha.

En un inicio pensé que Dios estaba permitiendo que le demuestre mucha mansedumabre y paciencia a la señorita de la caja había sacado unas tarjetitas de FRC (flamingo Road Church) pero tenía otras dos más y le dí a la señora.

  • señora, esta es la iglesia a dónde voy. Allí hay un servicio en inglés, si desea su hija puede ir a practicar además que es muy importante practicar valores.

  • Oh lo siento mucho por lo de su madre. si pues a veces no entendemos lo que Dios hace.

luego de conversar más y más le comenté que de niña había pertenecido a una ONG, que Dios es misericordios y amoroso ÉL TIENE TODO BAJO SU CONTROL.

luego me contó que esa muchacha en realidad era su sobrina, que su papá de la chica tenía cáncer terminal y su madre también había fallecido.

A veces nos quejamos de pequeñas cosas, caprichos de niños engreído cuando hay gente cuyas pruebas no soportaríamos, no lo sé.


comprendí que todo lo que había caminado no se comparaba a ese mágico momento, que Dios quería que yo esté allí...

  • sí seño, entoncs la espero este domingo en FRC, lleve a su sobrina. le doy mi número..
  • sí le voy a decir que pregunte por ti. ¿cómo llego?

Le expliqué por dónde llegar. Me mostró la foto de sus sobrinos.



  • bueno, creo que tanta caminata no fue en vano, me alegra haberla conocido. Dios sabe porqué haces las cosas.
  • Sí Dios sabe por qué haces las cosas. (sonrió)Gracias.
se despidió de mi.


conocer a esa mujer que aunque no sepa su nombre, me hizo entender que Dios es quien mueve las fichas de nuestra viday él solo quiere un corazón dispuesto y atento a su llamado. Acaso el Dios de todo los tiempos, ¿no sabe cuál es el momento preciso?.

Dios nunca tarda, él siempre llega en el momento correcto.



Taller de LDP

Nada es más difícil que despertar a un joven un día feriado. Admito que soy aún una muchacha, mis veinte años han pesado mucho tanto que este 30 de agosto no quise ni levantarme y mucho menos ir al taller del Programa de desarrollo de Liderazgo en la Molina (¡¡nadie puede entender que no vivo cerca de la Molina¡¡¡).

lavé mi rostro , casi instintivamente, las ojeras me daban un aspecto aún más terrible.
  • ¡mamá¡-dije- ya me voy.
  • pero hija, por lo menos cambiate la ropa, no puedes ir con tu pijama
  • ay maaaaa , ¡nadie se va a dar cuenta¡

En menos de 5 minutos ya estaba muy bien vestida.

He aprendido que madre hay una sola ¡ menos mal¡

Pero dejando las bromas a un lado. debía apurarme ya eran las 7 am y mi supervisora estaría esperándome en la puerta.

agradecí al cielo cuando la combi que tomé, practica mente voló. Sé que es arriesgado, pero los choferes son una especie de meteoro al volante , sentía el aire rozando mi cara, despeinando mi melena. Decidí cerrar la ventana.

Al llegar debo confesar que mi aburrimiento aumentó.
Mi maestro dijo:
todos trajeron sus proyectos, pues bien salgan a exponer

Italo y yo eramos el único grupo de dos , creo que por eso escuchè unos: uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu ♥

y también porque debido a la gran confianza que nos tenemos (ya nos conocemos casi 4 años) y las bromitas que nos hacemos, así alimentamos las sospechas sobre una posible relación:

  • tengo el gusto de exponer con mi QUERIDA amiga Stephania
  • gracias Italo, me encanta que nos complementemos tan bien
  • uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
  • ya, hablando muy en serio bla bla bla



Por lo menos mis compañeros del taller no se durmieron con nuestra expo. Esto me alegró mucho pues sé que me prestaron atención, Lo cual no quiere decir que hayan entendido.
llegó la hora del almuerzo, una rica ensalada , ¡oh sorpresa¡ a mi amigo Gian no le gustaba. me sacrifiqué y le di de comer.

  • vamos chiquito, abra la boquita. una cucharda por cinthia Mesta
  • no quierooooooooo
  • otra cucharada por leyder
  • pffffffff menos¡¡
  • una cucharada por tu adorable y siempre linda amiga steph
  • uhmmmmm que rico¡¡ quiero más

(bueno, en realidad nunca dijo eso . pero como este es mi blog tengo el derecho de exagerar)



casi al final del taller me di cuenta, que TODAS LAS COSAS AYUDAN PARA BIEN a los que aman a Dios, me divertí y al final fuimos a comer unos ricos sandwiches para conservar mi contorneada y redondeada figura.

sí definitivamente fue un buen día.

sábado, 21 de agosto de 2010

LAGUNAS MORTALES

Podía mirar a través de la ventana del bus, sentir el dolor de la gente, el sufrimiento, la alegría. Ese día todo fue distinto quien sufría era ella pero nadie lo notaba.

Lo carros emitían sonidos insoportables, algo nada extraño en la avenida Abancay, allí como cómplices acompañantes se encontraban dos monjas:
“el servicio a Dios es importante y también al prójimo hermana”Decía una de ellas.
“lo sé me siento tan orgullosa de ser santa” “pero cobrador, usted me está cobrando más yo no estoy para agarrar de las ofrendas de los fieles ¡que barbaridad¡” vociferaban las religiosas.
Luego hablaban de lo orgullosas que se sentían de entregar su vida por completo a Dios.

Jimena sabía todo, incluso que ese sueño nunca se cumpliría, a sus 17 años llevaba sobre sus hombros un pesada carga, cuando se lo mencionó a su madre ella la tildó de loca y le pidió que no mencionara de esto a nadie. Su padre sufrió lo mismo y fue internado. Hoy está loco, si es que aún no ha muerto.

Era capaz de hacer lo que sea para cambiar su destino, pero no podía. Un dolor la inundó de una cruda impotencia, esa impotencia de luchar contra lo que está ya establecido.
Una niña de apenas 2 años cantaba dulcemente sentada sobre las piernas de su padre, de esta manera su hermosa voz inundaba el vehículo con una armonía envidiable. Jimena lo sabía todo, incluso que ese canto nunca terminaría.

Algunos pasajeros dormían, como presagiando el trágico final que les esperaba, quizás muchos de ellos soñaban con un futuro. Jimena lo sabía todo, menos cómo decirles que ya no lo tendrían.
A veces la muerte se presenta de manera seductora otras veces posesiva como aquel día en el que atrapó el taco de Jimena en la pista y cayó duramente de cara en el pavimento, era seguro que ese bus la arrollaba; pero no, esa vez la muerte solo le daba una advertencia.

El vehículo iba velozmente, no solo era una carrera contra otra empresa de transportes, Jimena sabía que era una jugada contra la vida.

En el asiento del copiloto estaba cómodamente sentada una señora. Mostraba una gran fortaleza física y su estruendosa carcajada intentaba opacar la melodiosa voz de la pequeña. La señora casi pierde su celular cuando el carro misteriosamente casi atropella a alguien. Nuevamente la muerte daba su advertencia.
Ella muy molesta gritó. “oye idiota acaso no sabes manejar animal, no te das cuenta que estás llevando personas y no animales. Todos queremos llegar vivos a nuestras casas”

Jimena lo sabía todo, incluso que nunca llegarían a casa. Tenía una mirada de nostalgia y dura resignación, dos lágrimas inundaron sus ojos. Quería ver a su novio Alfredo. Recordó que Habían planeado encontrarse.

“amor, ¿hoy estás libre?” dijo Alfredo.
No lo sé, ¿por qué ah? termino un trabajo grupal en la casa de Pía y voy a tu casa quiero que me lleves a comer, susurró coquetamente Jimena.
Esa conversación fue interrumpida por un silencio mortal.
Jime, Jime, aló, aló. ¿Estás allí?

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Oh, disculpa Alfre, tuve otro ataque. Murmuró adormecida y perpleja.
Su novio le recomendó que no dejara sus pastillas, Jimena odiaba tomarlas. Ella sabía que las necesitaba pero no quería verse presa de ellas, ya estaba atrapada por ese don y no quería estar dependiente de esos medicamentos.

Pero ese ataque no fue como a los que ella estaba “acostumbrada”. Sus visiones aumentaban y siempre la vencían haciéndola gritar del dolor y golpeando su cabeza contra la pared, a veces se disfrazaban de lagunas mentales. Esta vez todo fue distinto. Este espejismo era diferente, fue una especie de laguna mortal, no tuvo ningún dolor físico. Pero sí hirió su casi extinta alma.

Al carro subieron tres escolares. Estaban insultando a su profesor de turno, uno de ellos lo maldecía por haberlo desaprobado, luego de una cuadra una estudiante de enfermería ingresa a este bus y laberinto que desencadenaría con la expiración de sus anhelos. Ese día el carro se llenó en su mayoría por jóvenes estudiantes y niños quienes recién empezaban a disfrutar la vida.

La muerte es como una caja de sorpresas que sobresalta tu corazón cuando curiosamente haces una jugada. Pero es aún más sorprendente, cuando entre sus garras caen inevitablemente niños, y jóvenes. A esto nadie se acostumbra.

Estado muy cerca a la casa de su novio en la avenida Aviación con Canadá, se puso sus audífonos y escuchó la canción “color esperanza” de Diego torres, suspiró ella aún no perdía la esperanza de vivir. Alfredo le había dedicado esa canción cuando le pidió ser su novia.

Se maquilló, se peinó, guardó la carta, cerró los ojos respiró hondo y esperó.
Una laguna mortal la invadió, por lo menos nos sintió nada.

Un carro chocó fuertemente el vehículo donde se encontraba la muchacha. Misteriosamente todos sobrevivieron, menos uno. Jimena se había extinguido a esa corta edad. La muerte le había tendido una trampa. La joven había visto en cada uno de los pasajeros, los sueños que nunca iba cumplir. Pensó que no era la única, se equivocó hoy la muerte se empecinó con ella.

Ya había preparado todo. Aunque no se había resignado- no quiero pensar eso, ella era muy fuerte-. Dejó su cuarto impecablemente limpio, La ropa bien planchada y las invitaciones a su fiesta de cumpleaños dentro de un mes, selladas en una caja, Esta carta la colocó en el bolsillo de su pantalón. Las visiones se cumplieron. Nunca me lo dijo aunque siempre creí en ella. Quizás pudimos luchar en contra de ese destino fatal que amputó mi alma, por algo era su novio y la amé.

Pudo mirar a través de la ventana, sintió el dolor de la gente, el sufrimiento, la alegría, ese día todo fue distinto quien sufría era ella, pero nadie lo notó, sabía que hoy era el día de su muerte, para ella no fue fácil. Y para mi tampoco, las visiones me las otorgó como herencia.

jueves, 19 de agosto de 2010

Adios (versión completa)

Este poema en un inicio lo publiqué incompleto, en realidad pensé que ese era un buen final, pero me di cuenta que nunca la muerte podía vencer el amor.


Cuando te vi pasaste desapercibido.
Tal vez, tu encantadora timidez opacó tus grandes ojos cielo.
O tus lentos movimientos ocultaron tu brillante sonrisa, no lo sé.

Pero Cupido se encargó de hacerme una mala jugada, no le importó que recién cicatrizaba en mi, este órgano al que llamamos corazón,
este órgano que no es más que el alma entera.
Aún se podían ver en él esas huellas producto de un amor que feneció.

Eros incrustó en lo profundo de mi ser una saeta impregnada de un amor hermoso y fugaz.
Fue en ese trance en el que te vi perfecto, idóneo, ideal.
Tus defectos se esfumaron con el viento o con mi apasionada ceguera.

Tu sonrisa iluminaba mi día, era la vitamina que recargaba mis fuerzas, era el impulso que necesitaba para seguir adelante.
Hoy ya no rio.

Recuerdo nuestras carcajadas, nuestras citas, nuestros besos, nuestros sueños.
Era un hermoso paraíso, pero nada es perfecto.
El destino me quería hundir, herir, matar. Tu 'adiós' casi lo logra.

Aún maldigo aquel día en el que sentí tu anticipada despedida.
Maldigo aquel momento cuando lentamente te desplomaste entre mis brazos.
Sí , siempre lo supe, este era un amor único y bello, con un mágico inicio pero un trágico final.
Nadie dijo que iba a ser fácil pero prometí amarte y cumplí.

Te visité a diario.
Ese fue mi nuevo hogar junto a ti,
Juramos estar unidos toda la vida, nunca dijimos dónde.


Odio los hospitales.
Las luces blancas que auguran el cielo que pronto recibirá a estos desdichados que hoy yacen en estas oxidadas camas de fierro.

El olor a formol y a medicina me atormenta, me enferma, me produce náuseas.
Me hace ver la realidad.

Fingí ser fuerte.
Nunca lo fui, tú eras mi mayor debilidad.
Tu corazón entendía mi dolor, tus lágrimas eran la pócima para mi existencia.

Siempre fuimos uno.
Sabías cuando estaba triste, sabías cuando la depresión me carcomía muy despacio, al igual que el destino este era como una asquerosa lepra que me mataba lentamente.

Sigo contando los días, las horas, los minutos, los segundos;
Me quedan...ya perdí la cuenta.
He gastado dos segundos en este suspiro, solo sé que falta poco antes de tu partida.

Lloro. Mi vida, mi corazón, mi alma y mi ser lo presienten,
Hiede a enfermedad, a dolor, a muerte, a un adiós.

Te necesito, hoy más que nunca te necesito.
Necesito encontrarme entre tus brazos.
Mojar tus labios.
Unirme a ti.

Obligaré al tiempo a quedarse estático, aunque sea en mis pensamientos.
Sé que será imposible, pero por lo menos lo tendré en mis más oscuros sueños.
Intento soñar, ni siquiera puedo hacer eso. Tu pronto adiós me quita la concentración.

Fui a nuestro hogar.
te busqué en esa oscura y triste habitación 201, pero no estabas,
En lugar tuyo vi ese lecho inusualmente desordenado.
Un silencio me prevenía, un silencio que te produce escalofríos, un silencio que elimina toda señal de una esperanza que se asoma. Un silencio mortal.

Quise respirar tu último suspiro.
Sé que lo harías por mí y para mí,
Pero llegué tarde.
¡ Maldita sea¡ Llegué tarde para el trágico adiós.

La congestión vehicular que inunda Lima, se alió a mi dolor.
Mi regordete e insensible jefe también.
El destino no quiso que me despida de ti. De mi único amor.

Hoy te fuiste y junto a ti te llevaste mi futuro, mis esperanzas, mis anhelos,
He quedado vacía, sola como una mariposa perdida entre el bullicio de Lima Cercado.

Una profunda tristeza invade mi ser, no puedo concebir que hayas partido.
Admito que nunca regresarás,
Eso vi en tus ojos cuando silenciosamente eras puesto en esa caja de madera.

Lloraba tu madre, tus hermanos, lloraban tus amigos del colegio, los de la universidad.
Todo tu universo lloraba, pero yo no.
Mis lágrimas se habían secado, mis ojos como un desierto lleno de un dolor arenoso que incomprensible es arrastrado por el viento llamado muerte.

Dijimos: hasta que la muerte nos separe, pues no¡ esta vez la muerte tampoco lo lograría.
Vi el que sería tu nuevo hogar,
quise sentir tu calor por última vez, ya estabas frio. Quise percibir tu fragancia pero un olor a formol me inundó en llantos. Comprendí que la dolorosa y repugnante muerte nos había ganado la guerra...

Decidí rendirme caer en las garras de la depresión y morir bajo los efectos cautivantes del suicidio.
Esa sería mi única salida, mi única esperanza.
Regresé a casa, un olor a soledad la invadía.
¿Recuerdas? Decidimos no tener niños, somos muy jóvenes nos teníamos el uno al otro. Eso sería más adelante, pero sí soñábamos con ver crecer a nuestros futuros hijos, engreír a nuestros nietos.
Hoy ya no lo anhelo, si es que tú no vas a formar parte eso no quiero nada.

Tu adiós fue abrupto punzante y doloroso
Decir esta palabra no es fácil, preferiría un ‘hasta luego’, ‘hasta pronto’ o mejor aún ‘nos vemos’


Un auto negro relativa mente viejo, nos llevaría a esa gran despedida, al eslabón final que trágicamente trazó la muerte.
Llegué a aquel lugar innombrable Vi como lentamente se hundieron en se hoyo, mis sueños, mi futuro.

Odio los cementerios.
El olor a tristeza.
El cielo plomo que ya recibió a muchos de los desdichados cuyos restos hoy yacen bajo tierra.
El olor a dolor, tristeza y agua empozada, me enferma, me produce náuseas.
Me mata.

Fue en esa desesperación, en ese agonizante dolor, en ese instante cuando esa cautivante y seductora muerte me convencía ir corriendo a los brazos del suicidio.
Que sentí su amor. Me sentí como una niña en los brazos del padre.

Alguien tomó mi brazo derecho y me dijo. No temas yo te ayudo.
Sentí una paz inexplicable. Encontré una razón para vivir.
Mi vida había terminado destrozada, pero él misteriosamente la reconstruyó.
Su muerte me dio vida y esperanza, su resurrección me dio fe y salvación para mi alma.
Hoy sonrío.

Te amo, nunca dejaré de hacerlo. Querías que sea feliz, sí ahora lo soy.