Si vives rodeado de mujeres bellas, elegantes, sencillas, delicadas, fuertes, amables, estrictas, renegonas, chismosas, engreídas, lloronas, "autohumillables", quejosas, observadoras (fijonas), demoronas y mandonas, este blog te permitirá conocer a una más.

El recorrido será largo, desde los cambios emocionales típicos de una fémina, hasta aquellos detalles que te harán suspirar y llorar -incluso si eres hombre y te alucinas un súper macho-. Cada relato te enseñará una nueva lección.

Puede que este blog te ayude a comprender a esa chica con la que sueñas o , todo lo contrario, confundirte aún más. De algo estoy segura, por lo menos al ser escrito por una mujer, las chicas siempre tendremos la razón.

Quiero enseñarte ese camino que me permite agradecer a Dios por su inmenso amor, por ser mujer y por sobre todo: perdonar a esta cosmopolita.

Si tienes alguna sugerencia, escribe aelperdondelcosmopolita@gmail.com

jueves, 20 de mayo de 2010

“la Quinta Heeren Hiede a Muerte”

La histórica Quinta Heeren, recinto de personajes extintos y de gran alcurnia, está en el olvido, presa de su antigüedad pues data de 1880, ¿será que su glorioso pasado algún día podrá resucitar? ¿O acaso los milagros no existen para este palacio que encierra en su interior historias, emociones y vidas? mi visita a la quinta me enamoró de su pasado, un pasado inmortal que temo nunca regrese…

Por Stephania Palomino


Raúl Suárez, Ya van tres años desde que te mudaste, pero en cada una de tus cartas puedo imaginar aquel lugar del que tanto me hablas, no puedo creer que en esa quinta donde ahora vives- y trabajas como guardián- se establecieron grandes personajes.

¿Quién fue el señor Óscar Heeren?, necesitaba averiguar sobre su vida… ¡lo encontré ¡ alguna vez fue nominado cónsul de Perú en Tokio, Heeren ayudó a fortalecer las relaciones diplomáticas entre ambos países…

Estoy segura que fue un ilustre hombre, dotado de muy buen gusto, ¡eso es evidente¡ pues me contabas que tiempo atrás muchas embajadas como la de Japón, Bélgica, Alemania, etcétera disfrutaron de una plácida estadía en su magnifica residencia de estilo Europeo.

Y esa es la quinta que orgullosa lleva su apellido, “Quinta Heeren” seguramente es muy hermosa, ya puedo imaginar las carrozas que por allí transitan, las cuatro elegantes esculturas que rodean la plazuela y los bellos jarrones llenos de flores colgantes… ¿me comentabas que hay amapolas?... sí cómo olvidar las leyendas que escribes por correspondencia, los rumores de que Felipe Pinglo Alva las consumía, o las historias sobre fantasmas…. Pero la que más me impactó fue la del empresario japonés, Seiguma Kitsutani, que se suicidó agobiado por sus deudas, quizá el alquiler de una casa allí debe ser muy costoso, y sobrevivir entre gente de gran alcurnia no debe ser tarea fácil.

FOTO 1 HISTÓRICA

Imagino a niños corriendo entre su vegetación, las carcajadas de los pequeños después de un gran día de juegos, imagino a sus madres llamándolos para ir a comer…imagino el zoológico y hasta puedo oír el sonido de los animales, imagino a los supuestos fantasmas que la llenan de un ambiente místico pero bello. Imagino…

Hoy llegué a las calles de Barrios altos (¿me diste bien la dirección?), vi la pobreza y los restos de glorias pasadas que se esfuman por el humo de los carros y las carretillas de ambulantes que hoy transitan por ellas, tuve que caminar mucho, ningún taxista me quiso llevar: “ señorita, ¿va ir sola? Tenga mucho cuidado”.

Después de tanto preguntar llegué a jirón Junín, exactamente a la cuadra 12.
No te encontré, ni tampoco aquella quinta de la que tanto hablaste… en lugar de eso hallé un hombre ciego él me dijo que no estabas… y que esta quinta lleva años abandonada, que sus 43 mil metros cuadrados hieden por el despoblado, son muy pocos la que la habitan y que una fría soledad la acompaña a diario… no le podía creer, o no quise creerle a pesar de que en lugar de pomposos árboles me recibieron dos rejas ya oxidadas por el descuido y el paso de los años.

FOTO 2 CALLES DE JIRON JUNIN Y REJAS DE LA QUINTA


Decidí entrar y observé lo inevitable, viejos monumentos exigían con voz silenciosa que les devuelvan su encanto de antaño, No vi a ningún niño correr ni escuché sus carcajadas, los árboles deben extrañar mucho sus juegos… el zoológico desapareció y todo signo de vida se esfumó con el viento, los animales ya no estaban… se extinguieron. Hoy, imagino, estarán bajo tierra, el lugar del zoológico lo ocupa un pampón y en lugar de niños de grandes castas, está “los pirañitas” que están al acecho de cualquier intruso que se atreva a transitar por sus dominios.

Pregunté cuántas eran las personas que viven en esta quinta, el hombre ciego me dijo que eran sólo seis familias, pensé que se refería a grandes personajes, quizás ministros. Empresarios, recibí una certera respuesta: No, son seis familias, algunos comerciantes otros peladores de papa.

No me sorprendió mucho su respuesta, aunque tenía la esperanza de que algo sea diferente. Luego investigué el costo de estas viviendas… el alquiler 65 soles, un precio ínfimo para una maravilla monumental…
Fue ingrata mi sorpresa cuando me enteré que al frente de la marchitada quinta las casas son alquiladas a 250 soles, en realidad su valor material no se compara con el valor histórico de esta quinta de los recuerdos.

FOTO 3 QUINTA HEEREN ACTUAL


Conversé con el señor ciego, me dijo que hay un proyecto para devolverle el encanto que tenía la Quinta Heeren, eso me alegró mucho. La municipalidad de Lima quiere devolverle algo de su belleza, restaurar las 60 viviendas que duermen placidamente esperando ser habitadas, aunque eso sea casi imposible… pero una tristeza también me embarga, vi a ese hombre, ciego y solo al igual que la quinta… y pensé: “así cómo él cuántas serán las personas que “abandonarán”, obligados por los juicios que le imponen el municipio, estas viviendas y con ellas abandonaran la grata experiencia de haber habitado un monumento histórico” . Sólo lo pensé, ya me estoy adecuando a los estándares del limeño común… pensar y no actuar.

También me comentó que él imagina a diario, el futuro de esta quinta, que a pesar de su ceguera ve los monumentos, las estatuas, siente el olor de las flores, que no es sordo, y que ha diario escucha desde el silencio las carcajadas de los niños yendo al zoológico, que ese será el futuro (ese es su sueño) de algo que él considera su hogar.

Disculpe, (le pregunté al guardián ciego) ¿me podría decir su nombre?

Asintió. Raúl Suárez.
Paradójicamente su nombre era similar al tuyo.

Hoy se cumplen tres años desde que recibí tu última carta, ya no es difícil imaginarme aquel lugar del que tanto me hablabas, ahora, puedo creer que en esa quinta donde pasaste tus últimos días, se establecieron grandes personajes, que solo vivirán sin extinguirse, en tu imaginación y en la mía.

1 comentario:

David Pino dijo...

Que lindo tu articulo de la Quinta Heeren, un lugar al que voy a menudo. Lo compartiré con unos amigos de mi pagina. Saludos!