Si vives rodeado de mujeres bellas, elegantes, sencillas, delicadas, fuertes, amables, estrictas, renegonas, chismosas, engreídas, lloronas, "autohumillables", quejosas, observadoras (fijonas), demoronas y mandonas, este blog te permitirá conocer a una más.

El recorrido será largo, desde los cambios emocionales típicos de una fémina, hasta aquellos detalles que te harán suspirar y llorar -incluso si eres hombre y te alucinas un súper macho-. Cada relato te enseñará una nueva lección.

Puede que este blog te ayude a comprender a esa chica con la que sueñas o , todo lo contrario, confundirte aún más. De algo estoy segura, por lo menos al ser escrito por una mujer, las chicas siempre tendremos la razón.

Quiero enseñarte ese camino que me permite agradecer a Dios por su inmenso amor, por ser mujer y por sobre todo: perdonar a esta cosmopolita.

Si tienes alguna sugerencia, escribe aelperdondelcosmopolita@gmail.com

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Carta al corazón



Querido corazón:

Entiendo que no quieras conestar mis llamas,
entiendo que el dolor te impide reaccionar ante cualquier estimulo que ahoga mi alma.
Acepto tu indiferencia, tu silencio, tus lágrimas.



Reconozco, fue mi culpa...aunque hoy que medito sobre mis errores, creo que fue culpa de ambos.
Nunca oímos a la mente, ella sabia e inteligente nos advirtió.

Te entercaste. Yo te seguí.
Mis ojos fueron nuestro cómplice
ellos me mostraron su belleza
y tú, querido corazón, palpitaste ternura y corriste a sus brazos.


Nuevamente la conciencia nos advertía
pequeña no entregues tu vida a ese ser que desconoces.
tú ,corazón me decías: una locura es amar con alevosía
y yo te seguí.


Como un alcohólico que está ahogado en el vicio, sabiendo que la sirrosis está al acecho.
así corrí a su amor , sabiendo que saldrías herido.
La mente me decía, es diferente amar que tu corazón a la pasión dar...
ya entendí con dolor esta sabia "palabrería"


Entiendo que no quieras contestar mis llamadas
comprendo que hayas cerrado tus puertas.
Puedo ver las cadenas, los cerrojos y los candados.
Acepto tu indiferencia, tu silencio, tus lágrimas
pero temo que tu silencio perdure y que te lleve a la muerte.


No hay comentarios: