Si vives rodeado de mujeres bellas, elegantes, sencillas, delicadas, fuertes, amables, estrictas, renegonas, chismosas, engreídas, lloronas, "autohumillables", quejosas, observadoras (fijonas), demoronas y mandonas, este blog te permitirá conocer a una más.

El recorrido será largo, desde los cambios emocionales típicos de una fémina, hasta aquellos detalles que te harán suspirar y llorar -incluso si eres hombre y te alucinas un súper macho-. Cada relato te enseñará una nueva lección.

Puede que este blog te ayude a comprender a esa chica con la que sueñas o , todo lo contrario, confundirte aún más. De algo estoy segura, por lo menos al ser escrito por una mujer, las chicas siempre tendremos la razón.

Quiero enseñarte ese camino que me permite agradecer a Dios por su inmenso amor, por ser mujer y por sobre todo: perdonar a esta cosmopolita.

Si tienes alguna sugerencia, escribe aelperdondelcosmopolita@gmail.com

viernes, 10 de septiembre de 2010

La casa dónde crecí

Veo la pequeña casa del barrio dónde crecí, luce solitaria y abandonada, mis memorias se sumergen entre sus paredes y se transportan hacia el recuerdo.


Ingresé a través de sus puertas ya apolilladas por el abandono, allí está la pequeña sala y el gran mueble rojo , hoy lo veo tan pequeño.
Recuerdo cuando mi abuelita me sentaba en sus piernas y sus historias me transportaban a mundos inimaginables.


La cocina aún huele a Amor, mi madre hacía los mejores postres allí.
Corrí hacia mi habitación está vacía, ya no veo mis juguetes, ni mis muñecas…pero allí como agonizante encuentro a la pequeña Lily pensé que la había perdido, aún conserva las trenzas chuecas que le hice de niña y el cerquillo que le corté aún no crece.
La tomo entre mis brazos. ¡Es de mucho valor¡


Recuerdo los besos de mi madre cuando rompía en llanto, sus abrazos arrullándome, sus caricias antes de acostarme y sus lágrimas cuando partí tras mi sueño.


Revivo los juegos con mi padre, mi súper héroe, el caballito sobre el cual montábamos, el más fuerte de todos, este noble carpintero empolvado nunca negó un beso a mi santa madre ni un cariño a nosotros sus hijos.


Rememoro las peleas con mis hermanos, las mordidas, las cosquillas y las inocentes travesuras que ya no volverán más.


Debo partir nuevamente, pero prometí a la pequeña niña en mi interior que regresaría. Hace 5 años que dejé mi tierra, mi gente, mi cultura, mi familia y la pequeña casa donde crecí.
Pasará mucho tiempo hasta que regrese, pero cuando salí fue como universitaria vine como magister, hoy salgo como novia y doncella regresaré como madre y esposa. Pero sé que esta pequeña casa donde crecí , siempre me esperará.


Veo desparecer la pequeña casa del barrio donde crecí está solitaria y abandonada mis recuerdos se sumergen con añoro entre sus paredes y son transportadas hacia el olvido.

1 comentario:

Karina Florez Chokewanca dijo...

Ohhh qué lindo relato amia!!
Has me hiciste sentir nostalgia :D